martes, 11 de octubre de 2011

El reiki

Quiero compartir con vosotros un libro que me ha encantado: Reiki. El poder sanador de las manos. Autoras: Brigitte Glaser - Ursula Vogt, espero que os guste tanto como a mi lo que nos cuentan Brigitte y Ursula:

El poder de sanación del reiki"La palabra [W:Rei-Ki] proviene del japonés y significa "Energía Vital Universal". El doctor Usui fue el autor de esta denominación que llegó a tener renombre universal.

Reiki es la Energía Vital Universal, que nos regaló Dios. No es una secta ni una religión, ni una filosofía. Todos los seres, sin importar cual sea su definición de Dios, pueden tener acceso a ella. Es la energía posi­tiva proveniente del Universo, que nos es regalada, si lo pedimos. En la Biblia encontramos innumerables indicios de la energía de lo Divino.

En la carta de los Corintios, capítulo 12, Versos 4-11, leemos: "Existen diferentes mercedes, pero solo un único espíritu. Existen diferentes sier­vos, pero solo un único señor. Existen diferentes fuerzas que trabajan, pero solo un único Dios. Él provoca todo en todo. Pero cada uno es obsequiado con la revelación del Espíritu, para que sirva a otros. Uno recibe del Espíritu la merced de transmitir la sabiduría; otro por el mismo Espíritu recibe la merced de transmitir experiencias; un tercero con el mismo [W:Espíritu] la fuerza de la Fe, otro -siempre en el mismo Espíritu- el don de curar enfermedades; otro, fuerzas milagrosas; otro, discursos profetices; otro, la capacidad de diferenciar los espíritus; y otro también, diversas formas de formular las palabras; finalmente otro, el don de presagiar. Todo esto lo consigue un sólo y único Espíritu, que a cada uno otorga sus dones especiales, según sus deseos."

Estas manifestaciones y otras similares y las curas milagrosas de Jesús inspiraron al doctor [W:Usui] a iniciar la búsqueda de esta fuerza divi­na. A través de sus experiencias, los seres humanos pueden encontrar los fundamentos que les permiten manejar nuevamente estas habilida­des. En cada uno de nosotros yace la fuerza para la autosanación, pero no tomamos conciencia de ello. Por ejemplo, cuando nos golpeamos, una reacción típica es pasar la mano por el lugar donde nos duele.

In­conscientemente estamos aplicando el Reiki como autosanación y este ejemplo nos muestra el efecto del mismo. Es la Energía Vital Universal que fluye por nuestras manos. La iniciación nos permite el acceso a la energía del Universo y actuamos como un canal que sigue transmitien­do esta energía.Reiki. El poder de sanación de las manos

Esta fuerza afloja bloqueos psíquicos, que a menudo son la causa de malestares físicos. Jesús realizó sus milagros perdonando primero los pecados, y así desaparecía el sufrimiento del alma, que casi siempre era el responsable de la enfermedad del cuerpo. Solo la percepción de que los seres humanos no lo tomaban en serio, lo movió a agregar a la sanación del alma, que era invisible, la sanación del cuerpo.

Él anunció el milagro, diciendo: "Yo lo lograré, para que todos sepan, que el hijo humano de Dios tiene el poder de perdonar los pecados terrenales." Después se in­clinó hacia el paralítico de Kafarnaum y le dio su orden de sanación: ''levántate, toma tu cama y vete a casa."El paralítico se levantó. Desde este momento Jesús fue aceptado por la multitud como el espíritu de Dios.

Esta escena demuestra claramente que los seres humanos no atribuían a Jesús como persona la fuerza de la cura milagrosa, sino que reconocían que a través de Jesús se evidenciaba el Espíritu Divino. Esto significa que Jesús fue aceptado como un médium, es decir, como una persona que, con ayuda de Dios, era capaz de curar enfermedades, un mediador entre la fuerza divina y los seres humanos. Así lo entendió el mismo Jesús, porque así lo perfiló con sus propias palabras (Juan, capí­tulo 14, verso 1O ss.): "Las palabras que les digo no provienen de mí. El padre, que permanece en mí, lleva a cabo sus obras."

Normalmente las personas que creen en milagros son considerados "locos", pero los milagros de la Biblia son aceptados. El doctor Usui acercó nuevamente a los seres humanos la capacidad de manejar la fuer­za divina en el mundo moderno. Una de las muchas premisas para poder aplicar el Reiki es la iniciación que solo puede otorgar un maestro. El maestro nos hace conocer la variedad de estas posibilidades.

El Reiki Grado I nos capacita a ayudamos a nosotros mismos y a otros con la fuerza sanadora de nuestras manos.

En el Reiki Grado II se fortale­ce esta capacidad y recibimos la fuerza para la transmisión mental, para la cual no importan ni el tiempo ni el espacio. La iniciación como maestro implica un gran crecimiento personal en todos los niveles. Con ella, el maestro asume la responsabilidad y la obligación de transmitir el Reiki.



Mi camino hacia el Reiki


Desde el comienzo, mi interés se dirigió hacia la medicina. Después de con­cluir mis estudios en la escuela especializada, me recibí de enfermera en pe­diatría. Mientras ejercía mi profesión, llegué a la conclusión que la medicina tradicional no representaba el único camino hacia la sanación y por este mo­tivo me capacité como terapeuta.

Independientemente de mi capacitación clí­nica, desde los 20 años me intereso en las terapias alternarivas. Al comienzo de los años de 1980 tuve mis primeras experiencias con Reiki. Tenía un fuerte dolor de cabeza y una amiga colocó durante unos minutos su mano sobre mi frente. Sentí que me invadía una gran sensación de calidez y para mi gran sorpresa después de unos minutos los dolores habían desaparecido.

Mi amiga me explicó que estudiaba Reiki, el poder sanador de las manos, y que que­ría probar sus habilidades conmigo. Para mí, esto fue un poco inverosímil, pero por mis trabajos como terapeuta fui conociendo más y más personas y así también fui encontrando nuevamente el Reiki. Mi encuentro con Renate Kóhler, una maestra de Reiki, me dio el estímulo final para comenzar mis investigaciones.

Esta maestra llamó mi atención sobre las fuerzas que yacían en mí y nos inició, tanto a mí como a mi marido, en el camino del Reiki. Juntos obtuvimos la iniciación para el Grado I y para el Grado II. Mientras yo me dedicaba más a mi profesión de terapeuta, mi marido aprendió a suminis­trar Reiki en forma cada vez más intensa, profundizando sus conocimientos.

Su deseo de obtener la iniciación como maestro fue cada vez más fuerte, ya que quena transmitir Reiki y enseñar a los seres humanos a darle un sesgo más positivo a su vida. Después de su iniciación como maestro, ambos impar­timos seminarios. Mis deseos de iniciarme yo también como maestra, me impulsaron cada vez más a trabajar con Reiki. Sentía cómo se modificaba mi imagen del mundo y como adquiría cada vez más fuerza y energía interior. Después del aprendizaje, mi marido me inició como maestra y esta iniciación cambió mi vida en forma positiva. Deseo a todos los seres que tengan la experiencia que he adquirido. Este deseo es el que me motivó a escribir este libro."

Fuente: Reiki. El poder de sanación de las manos. Brigitte Glaser - Ursula Vogt

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